Yo no crecí sintiéndome una mujer sensual, libre y poderosa.
❤️ Esa es la medicina que comparto contigo en Magnetic Bliss
Querida diosa,
Ayer domingo me fui a mi lugar secreto.
Mi playa nudista favorita.
Desnuda, libre, feliz.
Sin necesidad de esconder nada.
Sin necesidad de gustar a nadie.
Sin bikini, sin pareo, sin vergüenza.
Y no podía dejar de sonreír.
No solo por la sensación exquisita de libertad,
sino porque hace unos años… esto me habría parecido absolutamente impensable.
Durante mucho tiempo viví en guerra con mi cuerpo.
Me lo cuento ahora y me da ternura.
Tanta ternura.
Las veces que cancelé planes por “no tener el cuerpo”,
las fotos que borré antes de mirarlas dos segundos,
las veces que me vestí para esconderme, no para expresarme…
Y ni hablar de cuando las luces se apagaban y yo me preocupaba más por si se me notaba la celulitis que por si estaba sintiendo placer.
Me tapaba incluso cuando nadie me miraba.
Y me miraba con una crítica feroz cada vez que pasaba frente a un espejo.
Yo no crecí sintiéndome una mujer sensual, libre y poderosa.
Yo me lo enseñé.
Me sostuve.
Y me dejé sostener.
Y aunque no hay una fórmula mágica, te puedo decir esto:
✨ El camino de regreso a ti empieza en el cuerpo.
Y requiere presencia, práctica, y mucha compasión.
Fueron años de terapia, de tantra, de escribir, de llorar, de leer,
de bailar en ropa interior,
de tener conversaciones incómodas,
de decir “no” cuando me temblaba la voz
y de aprender a decirme “sí”, con todo, una y otra vez.
Y no fue con afirmaciones frente al espejo
ni con libros de autoayuda que prometen empoderarte en tres pasos.
Hasta que un día, la herida dejó de doler tanto…
Y sentí gozo.
Y me creí digna.
Y el cuerpo dejó de ser cárcel para volverse templo.
Hoy puedo decir que mi cuerpo es mi templo.
Y también es mi casa.
Y también es mi instrumento de placer, de conexión y de vida.
❤️ Esa es la medicina que comparto contigo en Magnetic Bliss.
Un portal de 11 días para mujeres que están listas para eso:
Para encender su fuego.
Para recuperar su magnetismo.
Para reconectar con la voz del cuerpo y el placer cotidiano.
No necesitas sentirte sexy para empezar.
Necesitas empezar para sentirte sexy.
Porque esa vibra que admiras en otras,
también vive en ti.
Solo necesita espacio para volver.
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Con fuego, placer
y un bronceado de puta madre sin marcas,
Clarita